domingo, 14 de octubre de 2018

El Administrador como agente de Cambio

No existe la menor duda, sobre los cambios permanentes a los que se enfrenta el mundo actual,  y las múltiples  incertidumbres e inestabilidad que ellos generan en la sociedad, en las organizaciones y al hombre actual y venidero, quien por lo general rechaza o se resiste a la alteración de su status quo, originándose inconformidad y comportamientos  conflictivos, en él, y en las organizaciones donde se desempeñan.
Desde esta perspectiva, disponer de un administrador en la dirección de la organización, con habilidades para percibir, comprender, no sólo la situación que originarán esos cambios, sino las consecuencias que podrían ocasionar, lograría plantearse estrategias concretas y adecuadas para tomar decisiones, anticipándose a desenlaces contrarios a los deseados.
En este sentido, el profesional de administración,  debe ser un importante agente de cambio e innovador, producto de las condiciones personales, que durante su formación académica haya adquirido, reforzada posteriormente por la experiencia adquirida, y dotado con la capacidad idónea para precisar escenarios, que otros no alcanzarían a vislumbrar.
No obstante, disponer de habilidades para visualizar situaciones que afectarían a una unidad administrativa o a toda la organización, poseer conocimientos especializados y facilidad para aplicar técnicas relacionadas con el trabajo y los procedimientos, además de saber relacionarse, comunicarse y motivar a las personas, con herramientas primordiales, características de las condiciones personales, que suponen, adquirió  el profesional de la administración,  durante su formación, no son suficiente,  será necesario además, estar actualizado profesionalmente, saber aplicar los conocimientos a la solución de los problemas, así como también, mantener una actitud personal estable, perseverante, con la convicción de mejorar continuamente los problemas actuales, y con capacidad para conservar buenas comunicaciones y una mayor motivación de las personas, y en especial, la del personal que trabajan con él.

Para finalizar, y reforzar esta última competencia, destaco del pensador chino Confucio, quien en algún momento de su vida ejerció actividades como maestro, este proverbio: “Cuando quieras lograr tus metas, no cambies tus metas, cambia de actitud”.